La estimulación eléctrica transcraneal es un procedimiento no invasivo para el paciente. La corriente de baja intensidad se aplica externamente en el cráneo con el objetivo de activar áreas específicas cerebrales. Es un tratamiento seguro y altamente prometedor para obtener resultados positivos.
Se ha demostrado su eficacia mejorando la actividad neuronal en pacientes particularmente con afecciones como el dolor crónico y la depresión. La aplicación de corrientes eléctricas de baja intensidad a través de electrodos colocados en la cabeza envía ondas eléctricas imperceptibles para el paciente. Esto ha resultado beneficioso en diversas condiciones, como dolores crónicos, fibromialgia, cefaleas, dolores de espalda y neuralgias. Además, se ha aplicado con éxito en pacientes que han sufrido accidentes cerebrovasculares o aquellos que luchan contra la depresión. Además, este tratamiento contribuye a mejorar funciones cognitivas superiores, como la atención, la memoria y la capacidad de trabajo.
¿En qué consiste la estimulación eléctrica transcraneal?
La técnica de estimulación eléctrica transcraneal opera mediante la colocación de electrodos en áreas específicas del cráneo. Una vez implantados y garantizado un adecuado preparativo, se aplica una corriente eléctrica de baja intensidad dirigida al cerebro durante unos minutos.
El empleo de estas corrientes genera un campo eléctrico capaz de regular y modular la actividad neuronal. La activación o desactivación de las neuronas está sujeta a su despolarización, un proceso eléctrico modificable. Cabe resaltar que los efectos obtenidos varían según el tipo de corriente utilizada.
Así, se ha comprobado que la estimulación eléctrica transcraneal mediante la aplicación de corriente directa induce cambios en la tasa de descarga de las neuronas. La duración de estos cambios puede variar desde minutos hasta horas, dependiendo de los parámetros de estimulación utilizados. La estimulación puede influir en el rendimiento de los individuos en diversas tareas y procesos cognitivos mejorando la respuesta de las neuronas estimuladas ante tareas motoras específicas. El tratamiento tiene una duración de aproximadamente 2 a 4 sesiones por semana, llevadas a cabo durante dos semanas consecutivas y cada sesión tienen una duración de veinte y treinta minutos.
Preparación para la estimulación eléctrica transcraneal
No se requiere una preparación especial para someterse a la estimulación. En la consulta del especialista, el paciente simplemente se presenta y el profesional coloca un par de electrodos, que son como esponjas húmedas con suero fisiológico, en las áreas deseadas del cráneo.
En cuanto a los cuidados posteriores a la intervención, no son necesarios cuidados especiales. De hecho el único efecto secundario que se puede experimentar durante el procedimiento es un leve cosquilleo en la zona donde se aplica la descarga.